Aquel vitral colorido lleno de ese calor latino nos gritaba que llegamos a nuestro destino.
Luego de un pequeño Pit-Stop por el hotel, decidimos familiarizarnos con el entorno y perdernos sin perder tiempo. Al día siguiente partimos hacia South Beach. El amable concierge nos dio coordenadas y un ultimo consejo: “It’s Chilly Outside, wear a coat”. Luego de un breve desayuno en Aroma Espresso Bar, nos topamos con la mejor temperatura para caminar bajo el sol: 10ºC. Al caer la tarde paramos por un último café en Panther Coffee South Beach y llegamos a tiempo para el atardecer en el 1111 de Lincoln Boulevard. Si te gustan los autos sabrás que es donde llevan a cabo sus sesiones de foto marcas como: Porsche y Ferrari. Si te gusta la comida, en el último piso encontrarás el restaurante Juvia, con una de las mejores vistas de South Beach.
Una vez más pedí direcciones al amable concierge a quien moleste por 3 días y salí con rumbo a Wynwood. Siguiendo la voz en la pantalla nos topamos con el tigre mirando a la pantera. Luego de un refrescante Boost de energía era hora de irnos, aún quedaba una parada más antes del vuelo.
Culminamos la aventura con una parada en Vizcaya Museum & Gardens, una mansión con laberintos y vistas paradisíacas en medio de una ciudad tan movida. Luego de viajar en el tiempo a 1912 era hora de nuestra breve sesión de cardio hasta el gate. Solo quedaba decir: Gracias Miami, por 3 dias con sabor a 7.
Al aterrizar escuchamos al piloto anunciando lluvia y temperatura de 28ºC. Habiamos llegado.
“Aquí es donde vive la gente que conozco. Estoy en casa.”